lunes, 28 de enero de 2013

La Neurobiología de los Zombies


Mucho se habla sobre los errores de la ciencia ficción, de los datos científicos omitidos película tras película para lograr una trama más "interesante". He aquí que un científico no se encarga de corregir a las inexactitudes, sino de intentar esbozar cómo sería un zombie hablando desde una perspectiva neurobiológica. Cosa rara, ¿no? Pero interesante de leer. 

Vale decir que esta hipótesis de funcionamiento cerebral está hecha por el Dr Steven c. Scholzman, asistente de psiquiatría en la Escuela Médica de Harvard y según dice el artículo que estoy traduciendo "la mayor autoridad en lo que refiere a la neurobiología de los muertos vivos". El señor en cuestión ha esbozado un artículo en un falso journal médico sobre una plaga zombi, a la cual llama Ataxic Neurodegenerative Satiety Deficiency Syndrome...dicho en castellano" Síndrome Atáxico- Neurodegenerativo de Deficiencia de Saciedad".

Scholozman comenzó con una búsqueda de datos sobre el tema encerrándose a ver películas, leer cómics y coleccionar muñequitos de zombis  analizando literatura y material audiovisual, para luego cotejar la información con la medicina de manual y diagnosticar al zombie. 



El Cerebro del Zombie





Lóbulo frontal:

El lóbulo frontal es esa parte del cerebro que procesa la información, podríamos decir que es la que administra el flujo de información que procesan las demás áreas y las coordina, permitiéndonos planificar y secuenciar nuestras acciones, mantener la atención fija en las tareas y resolver problemas abstractos. Tiene varias "secciones" encargadas de cumplir tareas, entre ellas están:


  • El área precentral: Se ocupa de diseñar los movimientos voluntarios del cuerpo, teniendo en cuenta las sugerencias de otras áreas cerebrales, y de dar la orden de que se ejecuten. Así también, almacena el listado de movimientos programados en experiencias pasadas. 
  • Campo Ocular Frontal: Se encarga de los movimientos voluntarios de los ojos, y depende del estímulo visual.
  • Área de Broca: Mediante su conexión con el área motora, está involucrada en la formación de las palabras habladas. Sin este área funcionando, se produce una afasia de expresión, es decir, se pierde la capacidad para producir lenguaje hablado. 
  • Corteza prefrontal: Está vinculada con la personalidad y la regulación de la sensación emotiva y las acciones que tomamos a consecuencia de esos sentimientos, e interviene en el proceso de atención. Si esta zona no funciona correctamente la persona puede tener un cambio abrupto de personalidad de caracter depresivo [reducción de la espontaneidad, pérdida de iniciativa, indiferencia afectiva, escasa emotividad e interés social], o bien, de caracter psicopático [dificultad para reducir la velocidad de movimiento, conductas inapropiadas, indiferencia por los demás y desinhibición] Como anédota médica, podemos mencionar a Phineas Gage, un hombre cuya personalidad cambió drásticamente al sobrevivir un accidente en el cual una barra de metal atravesó su cráneo, dañando permanentemente su lóbulo frontal. 


Bien sabemos que los zombies pueden vernos y sentirnos [estímulo que gatilla la necesidad de perseguirnos para pegarnos un tarascón a la primera oportunidad], pero carecen del funcionamiento correcto del lóbulo frontal que les permitiría juntar todos los estímulos para calmarse un segundo, pensar en frío y planear una estrategia para darnos caza. Como Scholzman concluye en su artículo, el lóbulo frontal de los zombies sólamente escucha al tálamo, y el resto de sus funciones se encuentran acotadas. 



La Amígdala y la Corteza Cingulada Anterior 


La amígdala es la estructura cerebral encargada de procesar las emociones y almacenar un "historial" de reacciones emocionales pasadas, y además, está relacionada con la capacidad de almacenar información en la memoria asociándola con recuerdos del estímulo y en la consolidación de la memoria: cuanto más carga emocional tiene el evento a recordar, más proclive es la amígdala a reaccionar frente a esta información almacenándola. 




Una amígdala dañada es incapaz de procesar las emociones y sobre todo, es incapaz de adquirir una "conciencia del miedo", es decir, es incapaz de reaccionar evitando un estímulo que en ocasiones anteriores ha resultado dañino o desagradable. Además, la incapacidad de tener una "vista previa" de aquello que pudiera suceder frente a estos estímulos gatilla una excesiva agresividad hacia los objetos y seres que lo hayan causado. Para más detalle, ver Síndrome de Klüver-Bucy. 

En conclusión: Un zombie, teniendo un lóbulo frontal disfuncional estaría gobernado una amígdala alterada, a merced de emociones básicas como, por ejemplo, la ira. 




Hay precedentes en la naturaleza: un cerebro de cocodrilo, por ejemplo, es mayormente manejado por la amígdala. Estudios científicos han confirmado esto realizando lesiones en la amígdala de especímenes animales, cuyo resultado fue una disminución en la respuesta de ataque y retraída que se correlaciona directamente con la cantidad de daño que se presenta en esa zona del cerebro. [Cito textualmente] "en pocas palabras, cocodrilo sin amígdala no es un cocodrilo". Schlozman argumenta: "no deberías enojarte con un zombie, eso sería como enojarte con un cocodrilo", agregando que el delicado balance entre lóbulo frontal y amígdala "es lo que nos hace humanos".


El balance entre lóbulo frontal y amígdala es mantenido por la corteza cingulada anterior, que modula y amortigua la excitabilidad de la amígdala mientras se comunica con el lóbulo frontal. Entonces, cuando la amígdala se sobreexita por el miedo, la furia o la lujuria, la corteza cingulada anterior "se interpone", dándole tiempo al lóbulo frontal para pensar todo antes de mandar la señal a la corteza motora para que actúe acorde a esos impulsos.

Un zombie tendría una corteza cingulada anterior disfuncional, volviéndola inútil para amortiguar emociones primarias. El resultado? HIPER AGRESIÓN .



El cerebelo y el Ganglio Basal

Este apartado comienza con un debate sobre "28 days later", conocida en castellano como "Exterminio". 
La discusión es: ¿Pueden considerarse los infectados de "Exterminio" como zombies?

Scholzman dice que no. En la película se observa que los infectados poseen algún tipo de función de la corteza que es lo suficientemente alta como para que cazen humanos. Calando fino, los falsos zombies en "28 days later" tienen fluidez de movimientos: pueden correr, saltar, escalar, y rápidamente cambiar de dirección y de acción.  En cambio en películas tradicionales de zombies, los afectados no pueden realizar dichas funciones.


Claramente los zombies sufren de disfunción del cerebelo y del ganglio basal. Esas Partes del cerebro son las que hacen que la fluidez de movimiento sea posible. El ganglio basal nos ayuda con movimientos coordenados, mientras que el cerebelo nos ayuda con el balance. De hecho, si se lee sobre la degeneración cerebelar [ataxia], los síntomas encajan con el modo de andar de los zombies: "un paso largo, inestable, tambaleante, usualmente acompañado con una oscilación hacia adelante y atrás en el tronco del cuerpo"



Neuronas Espejo


Esto es reciente, estudios de vanguardia en el campo de las neurociencias. Schlozman describe la teoría de las neuronas espejo como "un modelo neurobiológico para la empatía, el cual sugiere, de una manera muy esperanzadora, que podríamos de cierto modo conectarnos entre unos y otros". Hay regiones del cerebro encargadas de responder en las interacciones sociales en las cuales nosotros, como espectadores, llegamos a compartir experiencias de otros: eso es la empatía.

Según publicaciones de la European Science Foundation, las neuronas espejo se accionan cuando estamos observando y realizando ciertas tareas, así como otras neuronas espejo pueden activarse cuando se experimenta una emoción particular y cuando se observa a otra persona experimentando la misma emoción.

Agrego por mi parte un ejemplo: A quién no le ha pasado ver por ejemplo, una foto de un accidente o una herida determinada y sentir esa "impresión"? ¿O ver otra persona sintiendo dolor y sentir una sensación de dolor uno mismo?

De esta manera, el especialista hipotetiza que las hordas de zombies atacan sin ningún intento de retroceso o resguardo a pesar de que los humanos estén despedazando a sus "compañeros" de ataque, y esto se debe a que los zombies no tienen empatía. Al no poder "ponerse en el lugar del otro", no se asustan, no sienten temor de ser heridos, ni se encolerizan al ver cómo despedazan a otro zombie ni piensan que ellos mismos podrían ser atacados de igual modo ni se auxilian entre sí. 

Schlozman sufiere que las neuronas espejo explican a su vez la popularidad del género de películas zombies entre nosotros. Mientras miramos esas películas, "nos damos el permiso de mirar a estas cosas que se ven como humanos, pero que no son humanos, lo cual nos da la libertad completa de volarles la cabeza sin culpas". En otras palabras, dejamos de lado la culpa de repartir violencia gratuita, le damos una vacación a nuestra empatía, y dejamos que nuestro cerebro de cocodrilo se libere.



El Hipotálamo Ventromedial



En las películas, los zombies siempre tienen hambre, no importa cuántos actores de reparto se coman. La explicación más posible, es que los zombies no tienen un hipotálamo ventromedial correctamente funcional. Esta región del cerebro te deja saber cuándo comiste suficiente. El resultado, es la hiperfagia: comer y comer, pero nunca sentirse satisfecho. 

Esto nos lleva a una respuesta bastante asquerosa: Si los zombies están constantemente comiendo, ¿cómo es que nunca defecan?

Schlozman no tiene una respuesta para esto, pero sí una teoría: quizás los muertos vivientes están constipados. Quizás los cólicos sean la explicación para el porqué de los gemidos constantes de los zombies :)


Fuente: http://io9.com/5286145/a-harvard-psychiatrist-explains-zombie-neurobiology

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