miércoles, 11 de julio de 2012

Y acá estamos.






Vengo arrastrando las ganas de armar un blog desde hace rato. No sé bien por qué no lo he hecho antes, pero no lo hice.

Mientras tanto, vengo acumulando en mi computadora pequeños escritos, ideas sueltas, retazos de anécdotas, y otras tantas huevadillas en una carpeta escondida. De vez en cuando, les toca su día: miro cada archivito, me pongo nostálgica o iracunda dependiendo de la situación que evoca cada uno, batallo un poco conmigo misma para no borrarlo, cedo ante la pulsión de emperifoliarlo un poco, y vuelvo a meterlo en su carpetita hasta la próxima vez en que piense en publicarlo. Vendría a ser una especie de Síndrome de Diógenes, en lo que refiere a la escritura de posteos.

Este blog es, entonces, un container de pensamientos que vengo revoleando sobre un notepad y acobachando por ahí. Un basurero donde tirar un poco de mi cotidianeidad, un touch de pelotudeces frívolas, y unos cuantos filosofeos volátiles. Un mix de catarsis a media cocción, servido en un platito 2.0, aleteando mientras chilla "hola, mundo". 

Y acá estamos.

No hay comentarios: